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Mitos coche eléctrico

¿Realmente merece la pena un coche eléctrico? Resolvemos las 4 dudas que más frenan a los conductores

¿Te frena la autonomía, el precio o el miedo a quedarte sin batería? En esta guía desmontamos las dudas más comunes sobre el coche eléctrico con datos reales y soluciones prácticas para que puedas decidir con confianza.

Te has planteado dar el paso al coche eléctrico. Lo ves cada vez más en la calle, sabes que el futuro va por ahí… pero no lo terminas de ver claro. ¿Y si no llegas a destino? ¿Y si es carísimo? ¿Y si tarda una eternidad en cargar?

En este artículo resolvemos, con datos reales y ejemplos prácticos, las dudas más comunes que frenan a muchos conductores antes de dar el salto al VE. Y te mostramos cómo cargar tu coche eléctrico puede ser más fácil, rápido y fiable de lo que imaginas.

Mito 1. ¿Y si me quedo tirado sin batería?

Es una de las mayores preocupaciones de quienes aún no tienen un vehículo eléctrico: la ansiedad por la autonomía.

Sin embargo, la realidad es que la mayoría de trayectos diarios en España son muy cortos. Según la DGT, el recorrido medio diario es de apenas 30,6 km.

Hoy en día, incluso los modelos más accesibles superan los 300 km de autonomía real, y la media de los vehículos eléctricos nuevos ya ronda los 400–500 km por carga.

Además, si usas apps como la de Wenea, puedes consultar la disponibilidad de cargadores en tiempo real, planificar tu ruta y reservar con antelación para viajar sin preocupaciones.

Mito 2. ¿Es más caro que uno de combustión?

Es cierto que el precio inicial de un vehículo eléctrico puede ser más alto que el de uno de combustión, pero lo importante es fijarse en el coste total de propiedad.

  • Un estudio reciente muestra que, en un periodo de 10 años, un coche eléctrico tiene un coste medio de 49.095 €, frente a los 73.983 € de un coche de combustión.

  • El ahorro se explica por varios factores:

    • Menor gasto en combustible → recorrer 100 km en un VE cuesta entre 2 y 3 € (si cargas en casa), frente a los 7–12 € en gasolina.

    • Mantenimiento más económico → menos revisiones, sin cambios de aceite, menor desgaste de frenos (frenada regenerativa), transmisión más simple y sin sistema de escape.

    • Ventajas fiscales y subvenciones → programas como el Plan MOVES III ayudan a reducir la inversión inicial en la compra e instalación de puntos de carga.

En definitiva, aunque el desembolso inicial sea mayor, el coste medio de un VE a 10 años es hasta un 34 % más bajo, y el ahorro real a lo largo de su vida útil es evidente.

Aquí puedes ver un desglose real de cuánto cuesta cargar un VE.

Mito 3. ¿No hay suficientes puntos de carga?

La red de recarga en España no deja de crecer y ya ofrece cobertura suficiente para los desplazamientos diarios y de larga distancia.

  • A junio de 2025, hay más de 46.600 puntos de recarga pública operativos en todo el país, con especial refuerzo en corredores estratégicos.

  • De ellos, más de 4.300 son ultrarrápidos, permitiendo recargar en cuestión de minutos.

  • Además, cada vez más centros comerciales, hoteles, restaurantes y áreas de servicio incluyen puntos de recarga, integrando la movilidad eléctrica en la vida cotidiana.

Wenea, por ejemplo, ya cuenta con más de 1.400 puntos en todo el país, y seguimos creciendo cada mes.

Lo mejor: puedes verlos desde el móvil, con toda la información en tiempo real (potencia, disponibilidad, precios…). ¿Quieres saber cuáles son? Haz clic aquí.

Mito 4. ¿Tarda demasiado en cargar?

Depende del tipo de cargador. Hoy en día, tienes varias opciones:

  • Ultrarrápida (300 kW): hasta un 80 % de batería en 15–20 minutos. Ideal en carretera.

  • Rápida (150 kW): carga útil en 30 minutos.

  • Carga doméstica (7–22 kW): perfecta para dejar cargando por la noche en casa.

En resumen: puedes elegir cuándo y cómo cargar según tu ritmo de vida.